Lejos de todo río me hallo.

En el incalculable pasar del tiempo atrapado en la prisa de un reloj que nunca acierta a decir si es tarde o es temprano.

¿Tarde para el amor? ¿Temprano para la muerte?

Lejos de todo río me hallo.

Con una estufa que le roba el frío al invierno.

Y una primavera que me espera enjaulada en los jardines.

Lejos de todo río me hallo.

Y no pretendo envasarme al vacío ni ser un número que termina en letra.

Lejos de todo río…

Y sin embargo aún sonrío.

Y le plantaré cara a la muerte que ama y al amor que me mata.

Y a la hora que se agota y a la gota de este grifo.

Y sufriré este invierno y esperaré la primavera

.Hoy, siendo también un número que acaba en letra y el vacío de algún envase.

Hoy, aun lejos de todo río.

Mario